La convergencia de la tecnología y la moda ha dado lugar a una nueva era en el mundo del vestuario: los wearables. Estos dispositivos inteligentes permiten integrar la tecnología en nuestros conjuntos diarios, creando así una fusión perfecta entre estilo y funcionalidad1. Algunos ejemplos de wearables incluyen relojes inteligentes, pulseras de actividad física y ropa con sensores incorporados.
Además, la moda sostenible ha ganado popularidad en los últimos años. Esta tendencia promueve la producción responsable y el consumo consciente. Al optar por prendas inteligentes y sostenibles, estamos contribuyendo a la preservación de los ecosistemas, la reducción de la huella de carbono y la protección de la biodiversidad2.
En cuanto a los textiles inteligentes, estos son tejidos que incorporan componentes electrónicos en su estructura. Se dividen en tres categorías:
- Pasivos: Estos textiles no requieren energía externa y pueden cambiar de color o textura en respuesta a factores ambientales como la temperatura.
- Activos: Estos textiles incluyen componentes electrónicos activos, como luces LED o sensores. Por ejemplo, zapatillas que se iluminan o telas que cambian de color con el calor corporal3.
- Ultra inteligentes: Estos textiles son aún más avanzados y pueden interactuar con el usuario. Pueden ajustar su temperatura o incluso monitorizar la salud del usuario.
En resumen, la convergencia de la tecnología y la moda no solo se limita a la fabricación y venta de productos, sino que también ha transformado la manera en que interactuamos con la moda. Desde la realidad virtual hasta los textiles inteligentes, estas tendencias están cambiando la forma en que nos relacionamos con la moda y ofrecen oportunidades emocionantes para emprendedores y diseñadores1.